Un lavado y almacenamiento adecuados protegen su piel sensible, previenen alergias y prolongan la vida útil de las prendas. Además, garantizan que cada prenda esté siempre lista para acompañar con seguridad y comodidad sus primeros meses de vida.

Son más suaves, transpirables y menos propensas a causar irritaciones. Además, son fáciles de lavar.
Algunas prendas pueden requerir lavado a mano o a temperaturas específicas. Seguir las instrucciones ayuda a que duren más.
No solo por seguridad, sino porque se pueden dañar en el lavado y representar un riesgo de asfixia si se sueltan.
La luz solar ayuda a desinfectar naturalmente y a quitar manchas (como las de leche o caca), sin usar productos agresivos.
La humedad puede generar moho o malos olores. También es importante evitar el contacto con productos de limpieza o perfumes.
Asegurarse de que no haya etiquetas sueltas, hilos largos, manchas o zonas ásperas que puedan incomodarlo.
| Talle | Edad estimada | Altura (cm) | Peso (kg) |
|---|---|---|---|
| 0-1M | Recién nacido | 50-56 | 3-4.5 |
| 1-3M | 1 a 3 meses | 56-62 | 4.5-6 |
| 3-6M | 3 a 6 meses | 62-68 | 6-8 |
| 6-9M | 6 a 9 meses | 68-74 | 8-10 |
| 9-12M | 9 a 12 meses | 74-80 | 10-12 |
La piel del bebé es muy sensible, así que conviene evitar perfumes fuertes, suavizantes y productos con químicos agresivos.
Incluso si la prenda es nueva, puede tener residuos de fábrica, polvo o químicos. Por eso importante lavarla antes de que el bebé la use.
Para evitar que se contamine con suciedad, bacterias u otros productos (como suavizantes o detergentes fuertes) del lavado de ropa de adultos.
Estos productos pueden causar irritaciones o alergias. Mejor optar por enjuagues más naturales o simplemente no usar nada extra.